La entrada clandestina de piezas de fusiles y pistolas a Guatemala se ha convertido en una preocupación constante, siendo los puntos ciegos y la corrupción en las fronteras los principales facilitadores de este tráfico ilegal.
A pesar de los esfuerzos de operativos policiales y militares en las fronteras, los armeros importadores registrados en la Dirección General de Armas y Municiones (Digecam) señalan que el mercado negro de armas persiste, desplazando algunas armas y abriendo la puerta a otras con nuevos costos.
Los investigadores de la Policía Nacional Civil (PNC) reconocen la dificultad de combatir la venta ilícita de armas y municiones, destacando que las municiones se comercializan de manera abundante. Este fenómeno contribuye al armamento de pandilleros y narcotraficantes en el país. La constante entrada de armas ilegales subraya la urgencia de abordar los problemas de seguridad en las fronteras y fortalecer los mecanismos de control para evitar la proliferación del mercado negro de armas en Guatemala.