El majestuoso Volcán de Agua, con una altitud de 3,760 metros sobre el nivel del mar y una presencia tranquila durante muchos años, se encuentra actualmente envuelto en un desafiante incendio forestal que ha persistido durante tres días consecutivos, desafiando los esfuerzos de extinción de los equipos de emergencia.
El siniestro, que se inició hace tres días en la mitad superior del volcán, ha devastado 50 hectáreas según la Conred, destruyendo extensiones de flora y fauna, poniendo en riesgo la biodiversidad única de la región y afectando gravemente el delicado equilibrio del ecosistema local.


A pesar de los incansables esfuerzos de los equipos de bomberos y voluntarios, respaldados por recursos aéreos y terrestres, el incendio continúa ardiendo incontrolablemente, desafiando la capacidad de extinción de los especialistas.
Según explica Héctor Yumas, esta clase de incendios son difíciles de manejar, en las columnas de calor estas llegan a alcanzar temperaturas superiores a los 250°C en las copas de árboles y entre 300 – 500°C en la base donde los leños y otros materiales continúan en pirosis.
Recordó que es lo que pasa con el agua: “a 100°C se vuelve vapor, así que, solo ir y tirar agua no es la solución, ya que en algunas ocasiones esta no cae liquida, se gasifica casi inmediatamente y genera un problema para las brigadas anti-incendio abajo”.


Señaló que debido a la topografía es complejo tirar agua en cualquier lado y sin un plan, “hay brigadas trabajando y si les anegamos la salida o le convertimos en lodo una ruta de escape los condenamos a morir, por ello la coordinación entre las brigadas, los helicópteros y otros no se puede tomar a la ligera” dijo.
Según Yumas, en esta clase de siniestros, la táctica es limitar la línea de fuego, esto se hace con talas, creando quemas express para crear una línea sin vegetación y limitar el material para quema que las llamas podrían alcanzar.


Sin embargo, esto depende del análisis del viento y corrientes de aire, en diferentes países combatiendo incendios forestales muchas personas fallecieron por la mala interpretación del viento o de a donde correría el fuego producto de este, terminando en desgracias para la familia de las brigadas en operación.
En Guatemala en la temporada actual han existido 363 incendios forestales con más de 1100 hectáreas consumidas, y al mismo tiempo que en el volcán, hay 23 focos de incendio al mismo tiempo, todos atendidos por CONRED y sus coordinadoras.

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